NOTICIA | 26/05/2018 | Javier Vázquez | FOTÓGRAFO: María Jiménez y Borja Abreu
El estadio retumbó con el gol de Benzema y la obra de arte de Bale.Así las cosas, no podía ser otro que el “Historia que tú hiciste” el primer cántico que entonó el público, seguido del “Cómo no te voy a querer”. Los aplausos eran ensordecedores mientras en Kiev se desplegaba la pancarta con el Hasta el final, vamos Real. Y con muchas ganas e ilusión llegó el momento del pitido inicial.
Oportunidades
“Qué poquito ha faltado”, lamentaba la tribuna tras la primera ocasión de Cristiano Ronaldo. El Liverpool apretaba y cuando peor lo pasaba el equipo el Bernabéu mandaba su aliento a los jugadores. Un aficionado aseguraba: “Vamos a ganar, aunque nos toque sufrir”. Entonces el estadio presionó tanto como Benzema a Karius y la grada vibró por fin con el gol.
Con su aliento, la afición que llenó el Bernabéu también ayudó a traer la Decimotercera a Madrid.
Empató Mané, pero lejos de venirse abajo los madridistas se levantaron de sus asientos y continuaron empujando. “Yo hubiera hecho el mismo planteamiento que Zidane. Y también hay gente en el banquillo que puede correr y salir para ayudar”, comentaba uno de los seguidores. Y entonces salió Bale. Cada cambio era igual a una ovación tanto para el que salía como para el que entraba.
La chilena de la locura
Si Cristiano Ronaldo firmó en Turín una chilena para la historia, Bale hizo otro que quedará en la leyenda de las finales de la Copa de Europa como aquel de volea de Zidane. Un gol que vale una Champions y que según una madridista de toda la vida “es la mejor chilena de la Champions”. La locura se apoderó del graderío, que coreaba “Madrid, Madrid”. Bale sentenció la final, y las pulsaciones empezaron a bajar de 180. La tensión se iba soltando con sonrisas, gritos, lágrimas…
“Que bote el Bernabéu”, y el Santiago Bernabéu botó, retumbó y se notó hasta en Kiev. Porque la final de Champions también se ganó en el coliseo blanco y entre todos trajimos la Decimotercera a Madrid.