NOTICIA | 28/05/2016 | Nacho Díaz
El gol de Ramos llevó la alegría a las gradas y el delirio llegó con el penalti decisivo marcado por Ronaldo.Con los gritos de “Madrid, Madrid” comenzó una final con aroma a historia. Una vez más en el Real Madrid. La explosión de alegría, la primera, tuvo lugar en el minuto 15. El capitán remataba un balón en San Siro, empujado también por las almas del Santiago Bernabéu, y llevó el delirio al estadio madridista. “Ramos, Ramos”, salía de la boca de los asistentes.
De Ramos a Keylor
La alegría también se tornó en sufrimiento en diversas fases de la final, cuando el rival atacaba la portería de Keylor Navas. Si en la primera parte fue Sergio Ramos el nombre que coreó la parroquia, en la segunda mitad le tocó el turno al guardameta costarricense para ayudarlo a que Griezmann fallase la pena máxima. Gritos de “Keylor, Keylor”, como ha sucedido a lo largo de la temporada en varios encuentros.
“Nos vamos a la Cibeles” fue el grito de celebración final.
Pero no fue el único. Todos los futbolistas del Real Madrid recibieron los gritos de ánimo en algún momento de los vibrantes noventa minutos. Sucedió con Carvajal cuando se retiró lesionado, con Isco cuando saltó al terreno de juego o con Pepe cuando cortó alguna acción de peligro. El empate del Atlético no hizo decaer los ánimos de los madridistas, que no pararon de animar a los suyos.
Hasta el final
Los aficionados sabían que si habían acudido al templo blanco a apoyar al Real Madrid lo harían sin dudar. “Hasta el final, vamos Real” como grito unánime para dar fuerzas a los once futbolistas que disputaban la prórroga. El delirio llegó en el momento en que Cristiano marcó el decisivo. Y así arrancó la mezcla de canciones, “Cómo no te voy a querer”, “Campeones, campeones” y “Nos vamos a la Cibeles” para cerrar un 28 de mayo que ya forma parte de la historia del club más laureado de Europa, el Real Madrid.