Noche histórica de celebración en Cibeles
Cientos de miles de aficionados se dieron cita para festejar la Décima junto a los jugadores.
Por la manera en que se ganó el partido, la Décima sabe todavía mejor al madridismo. Hubo que sufrir, pero el equipo acabó alzándose con la Champions. Tras el pitido final, los aficionados acudieron en masa a la Plaza de Cibeles para cumplir con la tradición y celebrar el título que más ha perseguido el club en los últimos años.
Cientos de miles de seguidores acompañaron en el recorrido y en la plaza a los jugadores en una fiesta que se prolongó hasta más allá de las seis y media de la madrugada y que tuvo su punto álgido con la llegada del equipo. La música de la megafonía y los cánticos de los aficionados amenizaron la espera de la llegada de los jugadores. “Así, así, así gana el Madrid” o “Sí, sí, sí, la Champions ya está aquí” fueron algunos de los gritos de unos eufóricos seguidores.
Escudo iluminado
Las bufandas, camisetas y banderas, unidas a la iluminación especial de la plaza, daban colorido a una celebración histórica. La fachada principal del Ayuntamiento lució con un escudo del Real Madrid en movimiento y dos mensajes: “Gracias madridistas” y “Campeones”.
Poco antes de las seis de la mañana la plantilla apareció en el autobús descapotable con el lema ‘Campeones, la Décima’. Daba igual la hora, Cibeles estaba abarrotada. Los jugadores fueron subiendo a la plataforma instalada alrededor de la Diosa. Allí saltaron, cantaron y recibieron el calor de una hinchada que ha sido fundamental en la conquista de la Décima.
Ramos engalanó a la Diosa
Esta vez, el capitán Iker Casillas cedió el testigo a Sergio Ramos para que se encargara de coronar a Cibeles. El segundo capitán ofreció la Champions a los miles de seguidores presentes y puso la bandera a la Diosa.
Ese fue el punto culminante de la celebración. Con el We are the Champions de fondo y el cielo de Madrid amaneciendo se cerró una noche inolvidable para todos. El mejor equipo del mundo vuelve a mandar en Europa. Y esta noche la fiesta seguirá.