"Mis objetivos son entrenar duro, jugar bien y ganarlo todo"
Procedente del Emporio Armani Milán, el Real Madrid incorporó a uno de los mejores pívots griegos de los últimos tiempos. Tras demostrar su calidad en ligas como la griega y la italiana, llegó un jugador de mucho talento, gran espíritu competitivo y que cumple a la perfección las funciones de rebotear e intimidar. Su capacidad para jugar en el poste bajo y su buen porcentaje en el tiro de tres puntos (38,5% en la última Euroliga) dificultan mucho el trabajo de sus defensores.
Prueba de su enorme calidad y ese gen competitivo fue su año de debut en Primera División. Logró proclamarse campeón con el AEK de Atenas, conjunto en el que por aquel entonces también jugaban Holden, Komazec, Kakiouzis y Dikoudis. A partir de aquí, el crecimiento de Bourousis fue exponencial, convirtiéndose en una referencia del baloncesto continental.
Hasta tal punto llegó el reconocimiento del pívot heleno que recibió la llamada de los San Antonio Spurs en 2009, pero la rechazó por una doble causa. “No me sentía preparado y por fidelidad a mi club”. La primera vez que Gregg Popovich, entrenador del equipo texano, le vio jugar le recordó al mítico Vlade Divac.