Un talento tardío, y es que sus primeras andanzas deportivas fueron como futbolista en su Pogdorica natal (Montenegro). Afortunadamente para el baloncesto, se ganó a un jugador descomunal, un ala-pívot con movimientos de alero que a su edad se ha convertido en una de las referencias del baloncesto continental. Un jugador doblemente peligroso. Capaz de desenvolverse debajo del aro con la misma facilidad que lo hace más allá de la línea de 6,75.
El Real Madrid fue el primero en descubrir el diamante en bruto que era el montenegrino. En el verano de 2005 aterrizaba en la capital de España para enrolarse en las categorías inferiores del club blanco. Con un cuidado especial por parte de los técnicos de la casa, Mirotic fue creciendo exponencialmente hasta dar el salto al primer equipo en la temporada 2010-2011. Ese joven de 2,08, criado y moldeado en la cantera blanca, se convertía desde ese preciso instante en un jugador imparable.
Tres temporadas después, el hispano-montenegrino es un pilar fundamental en el esquema del Madrid de Pablo Laso. Con una espectacular capacidad para anotar y una técnica individual como pocos en el Viejo Continente, Mirotic destaca por su versatilidad y una inusual rapidez de movimientos para su altura.