El líder cierra el año con victoria en Bilbao

El Real Madrid puso en San Mamés el broche de oro al 2021 con una gran victoria ante el Athletic en el último partido del año. Nuestro equipo lo tuvo claro desde el inicio y lo dio todo en un partidazo en el que se vieron tres goles en los primeros 10 minutos. Avisó Kroos en el minuto inicial con un disparo de los que llevan su sello, y en la siguiente acción se abrió el marcador. El alemán se la dejó de primeras a Benzema, que desde el pico del área la cruzó con el interior del pie derecho al palo largo. Golazo.

El líder sabía que no sería suficiente y no tardó en hacer el 0-2. Robó Valverde en mediocampo, salió como una flecha y se la dio a Hazard, el balón le llegó a Benzema procedente de un defensa y el francés definió ante Agirrezabala firmando un doblete (7’). Fue entonces cuando despertaron los locales, y su primer disparo también terminó en gol. Sancet consiguió un tanto de bella factura, tras un chut desde fuera del área que fue directo al palo y a la red, imposible para Courtois. Y solo habían pasado 10 minutos.

El partido enloqueció por instantes y en ese toma y daca pudo ampliar distancias el cuadro de Ancelotti a la media hora. Hazard, muy activo por la derecha, pisó área, puso el pase atrás y De Marcos se la robó a Benzema cuando lo tenía todo para marcar. El Madrid quería el balón para mantener el control y el ritmo del partido, mientras que el Athletic ponía en práctica ese fútbol de empuje tan característico suyo y así continuó durante la segunda parte. Williams rozó el empate en el 60’ pero su disparo se fue al lateral de la red.

Espoleados por su afición, los rojiblancos adelantaron las líneas y nuestro equipo tuvo que defender con todo, incluido un Vini Jr. que lo hizo de forma notable. A 15 minutos del final el cansancio era palpable, pero la intensidad no disminuía. Hazard pudo sentenciar tras una contra entre Benzema y Vini Jr. en el 80’, pero su zurdazo se encontró con el meta local. Ancelotti movió el banquillo metiendo a Mariano, Jović y Peter, que al igual que sus compañeros se dejaron hasta el último aliento en el césped. Algo que era necesario para llevarse los tres puntos de un partido vibrante en San Mamés.