Reza una canción ‘que la distancia es el olvido’, pero nada más lejos de la realidad en el caso de los más de sesenta miembros de la Peña Madridista ‘Los Merengues del Chotis’ con sede en San Juan de Puerto Rico. De hecho, ellos estarían mucho más de acuerdo con aquella otra letra que dice ‘contigo en la distancia...’. Y es que gracias a Armando Izquierdo, su presidente, el sentimiento madridista ha cruzado el Atlántico uniendo modos de vida tan diferentes como el castizo madrileño y por extensión el español, y el caribeño, el chotis y el merengue... en una mezcla explosiva cuyo principal objetivo es disfrutar viendo jugar al Real Madrid.

La idea de crear una Peña Madridista en el corazón del Caribe surgió en 1999 cuando “en un almuerzo con un grupo de buenos madridistas se nos ocurrió la idea de viajar a la capital de España para presenciar un encuentro entre el Real Madrid y el Barcelona. Vía fax, me comuniqué con el Club para hacerle una solicitud de entradas y de inmediato me contestaron indicándome que las doce entradas pedidas estaban a nuestra disposición. Días después viajamos a Madrid y disfrutamos del partido. A la vuelta a nuestro país, y fruto de las buenas sensaciones que habíamos tenido durante nuestra estancia en España, decidimos fundar la Peña Madridista Los Merengues del Chotis”, comenta Armando.

La mayoría de sus integrantes son ciudadanos españoles residentes en Puerto Rico “por muchos años” como dicen allí. Pero también entre sus miembros hay ciudadanos puertorriqueños e, incluso, de otras partes del mundo. Y es que lo de menos es la nacionalidad de cada uno, lo verdaderamente importante es que les une un gran sentimiento madridista. Cada martes puntualmente se reúnen en su club social, el restaurante ‘El Chotis’ que además, claro está, presta gustosamente su nombre a la Peña. “Allí cambiamos impresiones y comentamos los partidos de la semana. Además, cada seis meses ampliamos estas reuniones a todos los miembros de nuestras respectivas familias”, continúa el presidente de la Peña.

Los días de mayor ebullición en el restaurante son aquellos en los que hay partido. “Los vemos en una pantalla gigante y en directo, entre las dos y las cuatro de la mañana, dependiendo de la hora de comienzo en España. Pero lo de menos es la hora, porque no nos perdemos ninguno”. Su pasión por el Real Madrid no se queda únicamente delante de la pantalla del televisor, ya que todos los años algunos de sus miembros tienen por costumbre ver en el Santiago Bernabéu el clásico Real Madrid-Barcelona. “Además, cada vez que nuestros socios van a España de vacaciones intentamos conseguir entradas para que puedan ir al santuario blanco”, concluye Armando.