Las escuelas de la Fundación en Ucrania continúan su actividad tras un año de la invasión
800 niños y niñas y sus familias son atendidos en cuatro ciudades por el socio local Epicentr for Children.

Cumplido un año de la invasión de Ucrania, las siete escuelas sociodeportivas de la Fundación Real Madrid en las ciudades de Ternópil, Irpín, Jmelnytskyi y Kiev continúan su actividad, adaptándose a los retos actuales. La labor de las escuelas atendiendo a los beneficiarios y a sus familias no ha cesado en este tiempo. Se han ajustado los proyectos sociodeportivos a estas circunstancias excepcionales para ampliar las coberturas de atención y las actividades para los beneficiarios, con provisión de material de primera necesidad a las familias desplazadas y atención psicosocial.
Por otro lado, gracias a la colaboración con Cesal, se ha hecho extensiva la ayuda humanitaria al resto de población de las localidades donde están ubicadas las escuelas sociodeportivas.
Deporte en valores contra el estrés infantil
Desde el inicio de la invasión, se ha incrementado el número de beneficiarios, incluyendo niños desplazados internos y otros que necesitaban del deporte y sus valores para contrarrestar el estrés provocado por la situación.
La visita en octubre de varios beneficiarios a Madrid, donde fueron recibidos por el presidente del Real Madrid y su Fundación, Florentino Pérez, y por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, puso de manifiesto los efectos psicológicos de la guerra en los niños, como señaló una de las alumnas: “Por unos días nos olvidamos de la ansiedad. Podemos dormir tranquilos, sin miedo a escuchar alarmas antiaéreas”.
La campaña “Todos con Ucrania”, puesta en marcha por la Fundación Real Madrid el 4 de marzo de 2022, con el impulso del Real Madrid y las donaciones de un millón de euros y de 13.000 prendas de ropa y material deportivo, continúa con diferentes líneas de apoyo dentro y fuera de España.
Para el socio local, Epicenter for Children, “antes de la guerra el objetivo era darles una oportunidad y una ilusión a niños en riesgo de exclusión, algunos de ellos huérfanos. Tras la guerra, el principal objetivo es mantenerlos vivos y hacerlos sonreír”.